El terror también puede ser original
Dos películas 2025 que nos traen una mirada diferente al cine de terror.
Oleee, ¿se creyeron que Consumo Semanal no iba a salir tampoco esta semana? Pues se equivocaron, acá está, tarde pero seguro, la entrega de esta semana. Por supuesto, vengo forzada a escribir, es decir, nadie me obliga más que yo, pero si no lo hago siento culpa. No sé si tanto por ustedes, más para conmigo que otra cosa, porque esto es realmente algo que me gusta hacer, aunque me cueste encontrarle el tiempo.
La última vez que nos encontramos les prometí hablar de Sinners, la peli de Ryan Coogler que está en boca de todos, pero como les fallé la semana pasada pienso compensarles trayéndoles también algo sobre otra peli que está en boca de todos y también es de terror: 28 Years Later. Abróchense los cinturones (o ajústense las gafas de lectura) que nos ponemos con todo eso.
Vampiros a la Ryan Coogler
¿Quién no ha visto alguna película o serie de vampiros? Los ejemplos son miles: desde Buffy hasta True Blood, pasando por Twilight, The Strain y Nosferatu. Sin embargo, no siempre es fácil contar una historia de vampiros que, además, sea original, que nos aporte ALGO a un subgénero que puede volverse algo repetitivo. Por supuesto, hay quienes lo logran: Taika Waititi y Jemaine Clement, por ejemplo, lo lograron con What We Do in the Shadows -película y serie-: nos dieron un mockumentary de vampiros que es de los más graciosos que he visto en mi vida, con personajes entrañables y maravillosos, que se nutre de los clichés del mundo vampírico y nos hace llorar de risa.
Ryan Coogler también lo logra con Sinners, una película de vampiros que es también una película sobre la música, sobre la segregación, sobre la historia negra en Estados Unidos. En ella nos presenta a los hermanos Smoke y Stack, gemelos interpretados ambos por el siempre carismático y encantador Michael B. Jordan, gángsters pero también ex soldados de la Primera Guerra Mundial, que regresan a Mississipi con un único sueño: montar una cantina para negros, en medio de un presente que los asfixia con su racismo. Es 1932, las épocas del ku klux klan, del blues y de Jim Crow.
Junto a ellos conocemos a Sammie, primo de los gemelos, hijo de un pastor, pero con su propio sueño a cuestas: dedicarse a la música, para la que tiene un talento descomunal. Stack y Smoke lo saben y quieren no solo preservarlo de la vida de violencia que ellos llevan, sino también darle un lugar para expresarse en su propia cantina, que levantarán con ayuda de su comunidad y de mucho dinero ilícito en pocas horas en un aserradero abandonado.
Sin embargo, en esa Mississipi segregacionista, el racismo no es el único problema. La noche de apertura de la cantina de los gemelos el mal se verá encarnado en unos vampiros blancos, entonando canciones celtas, que intentarán arrasar con todo y hacerse con el talento de Sammie.
Contada así, quizás la película no parezca todo lo original que es. En su corazón no está solo la historia de vampiros enmarcada en un estilo de gótico sureño, sino también la Historia, con mayúscula, de Estados Unidos, la opresión y la persecución que sufrieron (y sufren, me atrevo a decir) las personas negras allí y, por supuesto, la música. A través de Sammie (interpretado por Miles Caton) y de su talento somos testigos de un momento casi religioso donde toda la música afroamericana se congrega para celebrar la voz y los rasgueos de guitarra de este joven. Tambores, rock and roll y hasta música electrónica afro futurista, todos allí, en esa cantina, vibrando con sus canciones.
El espectáculo, luego, termina en un gran momento gore de enfrentamiento con los vampiros, que van encontrando vericuetos para colarse en lo que es un momento de celebración para esta comunidad del Delta del Mississipi, lo cual, a mí, particularmente, que me suelen gustar las pantallas que chorrean sangre, me divirtió un montón. ¿Dato extra? Quédense que hay post créditos, vicio que Coogler habrá adoptado en Marvel mientras hacía Black Panther.
De una belleza visual inusitada (filmada para IMAX), con un Michael B. Jordan que como siempre desborda carisma, una Hailee Steinfeld inolvidable y un Miles Calton que nos sacude con su voz (de la mano del score de Ludwig Göransson, vale decir), Sinners es una película que nos trae vampiros bien sangrientos en un contexto histórico todavía más sangriento y perverso que ellos.
Zombies a la Danny Boyle (y Alex Garland, claro)
No sé si a ustedes les emocionaba el estreno de 28 Years Later. A mí sí. Ya se estarán dando cuenta que el terror suele ser de esas cosas que disfruto un montón y el subgénero de zombies no es la excepción, aunque, a veces, como decía antes de los vampiros, puede volverse algo repetitivo. Sin embargo, en un mar de películas y series algo cansinas (The Walking Dead te estoy mirando a vos), existe 28 Days Later, una película del 2002 (algunos de ustedes quizás ni estaban vivos, quién sabe), dirigida por Danny Boyle y escrita por Alex Garland, que es un clásico del género básicamente por haberse filmado con dos pesos con cincuenta con un Cillian Murphy jovencísimo de protagonista, paseando por una Londres vacía luego de haber sido devastada por un virus zombie -el virus de la ira-, desatado en medio de un intento de liberar monos de laboratorio por parte de un grupo de animalistas.
28 Days Later es opresiva: la ciudad vacía solo resalta lo peligroso que es vivir allí, con zombies desaforados que corren a sus víctimas y que las transforman en menos de 20 segundos a través de la sangre o la saliva. Por supuesto, también se da su momento para mostrar que en un mundo de monstruos, el peor siempre puede ser el ser humano. Todo esto de la mano de un Danny Boyle afiladísimo, que nos suma en ese frenetismo de escapar de lo peor todo el tiempo.
Luego de 28 Days Later vino 28 Weeks Later, ya sin Boyle ni Garland, que es una secuela sustancialmente peor, estrenada en el 2007. 28 semanas después del contagio, Estados Unidos a través de la NATO, intentan repoblar un área segura de Londres, trayendo de vuelta a quienes sobrevivieron a la infección. Todo sale mal: niños que no siguen las reglas, pocas, que les dieron, militares que tienen pocas luces para planear un plan de contingencia si algo sale mal, una posibilidad de cura malgastada y el gatillo fácil típico yankee de volar todo a la mierda cuando pierden el control. La película, además de plagada de clichés, tiene un elenco medio pelo (Jeremy Renner, tkm, pero no) y se vuelve agotadora en pocos minutos. Olvidable 100%.
Ahora, en este 2025, llegó 28 Years Later, con Boyle y Garland de nuevo atrás del timón. Como lo indica su título, nos hace pegar un salto de 28 años desde que se desató el virus de la ira y nos lleva a la isla Holy, una isla inglesa a la que solo se puede acceder cuando la marea está baja, ya que cuando sube tapa la carretera que la conecta con el continente. Vamos, algo así como la isla Osea que vimos en la serie raruna con Jude Law que se llamaba de The Third Day. Esta característica (quedar desconectada del continente con la marea alta) la hace particularmente excepcional para protegerse de la invasión zombie y allí ha prosperado una pequeña comunidad. El protagonista es Spike, un niño de 12 años que vive con sus padres, Jamie e Isla. Mientras que Jamie es un referente dentro de la comunidad, saliendo al exterior a cazar y recolectar lo que haga falta (y pretende que Spike siga sus pasos), Isla padece una enfermedad que nadie puede determinar ya que no tienen doctores en el lugar. Por supuesto, la problemática se dará cuando Spike intente salir de la comunidad con su madre para llevarla a un doctor (con reputación de estar algo loco) en el continente. Spike no solo no está del todo preparado para enfrentarse al mundo exterior, sino que además esos zombies que conocimos en 28 Days Later han evolucionado: ahora nos encontramos con los “Alfa”, unos zombies gigantes, brutales, que lideran a otros más pequeños y que son una verdadera amenaza.
Aunque 28 Years Later no llega a ser todo lo sorprendente que fue en su momento 28 Days Later (y quizás hasta la comparación sea injusta), volver a tener a Boyle y a Garland detrás de todo se nota. Aquí, en vez de usar las pequeñas cámaras digitales Canon XL 1 que estuvieron en el corazón de 28 Days Later, usaron iPhones 15 Pro Max y drones. Las locaciones, bien diferentes de esa ciudad devastada, son más rurales pero visualmente preciosas. Las actuaciones, además, no decepcionan: Alfie Williams, quien le da vida al sentimental Spike por momentos parece un joven Tom Holland, mientras que Jodie Comer encarnando a su madre nos parte el corazón. El elenco se completa con Aaron Taylor-Johnson en el rol de ese padre endurecido por la vida que le toca vivir y por Ralph Fiennes en la piel de ese médico loco.
Vale destacar, además, el final de la película, del que para no quitarles sorpresa no diré nada, solo que se conecta con el comienzo (la escena de apertura del filme, que queda luego sepultada por la trama principal) y que abre la puerta para las dos secuelas que Boyle ya aseguró que llegarán. La primera en, precisamente, 28 semanas (les ahorro la cuenta, enero del año próximo): 28 Years Later: The Bone Temple.
Bueno, ¿vieron? Compensé las ausencias. Espero que sean tan fans del terror como yo, porque sino hoy seguramente se aburrieron. Mil disculpas a los que no lo sean, la semana que viene intentaré mechar con otra cosa, tengo ahí en el tintero hablarles de The Handmaid’s Tale y de Andor, ya que logré terminarlas a ambas. Ya me cuentan si vieron alguna de las dos pelis de hoy o si, al menos, las tienen en el radar. Ambas valen la pena para la experiencia cinematográfica (aunque creo que Sinners ya no está en cartelera). Gracias como siempre por estar del otro lado y nos leemos la próxima semana.
Vicky
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Sinners me encantó (y la bSO la tengo en bucle desde entonces), 28 years later no la he visto todavía pero soy fan de las dos anteriores.... casi más de 28 semanas que la primera. Supongo que será cuestión de gustos pero Rose Byrne, Jeremy Renner, Robert Carlyle, Idris Elba, Harold Perrineau, Catherine McCormack no me parecen un mal reparto ni mucho menos. Además deja por los suelos a los yankees y eso siempre se celebra
Todavía no vi 28 Years Later y tengo que volver a ver la primera pero amo todo terror así que será dentro de poco. Hablando de terror, el otro día vi una peli dirigida por alguien con el nombre de Daniel DelPurgatorio, osea, con ese nombre tengo que ver que hiciste ajaja. Se llama Marshmallow y no es increíble pero no defrauda, por si queres un poco de terror medio clase B